
A su vez holandesa, francesa y luego británica, Mauricio ha heredado un patrimonio mestizo. La influencia de India y China también ha enriquecido con sus tradiciones la cultura y gastronomía locales. Una visita a Port-Louis es imprescindible en Mauricio para descubrir las múltiples facetas de la perla del océano Índico.
La Ciudadela construida por los británicos, el Ghat de Aapravasi, que acogió a los primeros trabajadores emigrantes de la India, y las ruinas del fuerte holandés Frederik Hendrik son sólo algunos de los testimonios del pasado multicultural de Mauricio. Desvíese hasta el mercado central, lleno de color, fragancias y sabores exóticos.
Los numerosos lugares que atestiguan el rico patrimonio de Mauricio son sólo algunas de las atracciones imprescindibles de la isla. Empiece por el Château de La Bourdonnais, una sublime residencia colonial rodeada de un exuberante parque que le hará retroceder en el tiempo.
Creado en 1735, el primer jardín tropical del mundo, el Jardín Botánico Sir Seewoosagur Ramgoolam de Pamplemousses, le da la bienvenida para un fascinante recorrido por sus 37 hectáreas. Un estanque de nenúfares, avenidas de vacoas, majestuosos árboles flamboyanes y un centenar de especies de palmeras, entre ellas algunos increíbles talipots, le ofrecerán un interludio encantador. La fábrica de ron Chamarel y la de galletas Rault son dos visitas gastronómicas para descubrir los sabores de Mauricio.