Esquí de fondo en Val-d’Isère

La estación de esquí de Val-d’Isère es excepcional en varios aspectos. Su dominio esquiable, el Espace Killy, ¡es inmenso! Gracias a los teleféricos, te llevará a grandes altitudes, en plena naturaleza y hasta a pequeños pueblos muy típicos.

Practicar esquí alpino en Val-d’Isère también es una oportunidad para probar la famosa Face de Bellevarde, una pista muy técnica que encanta a los amantes del esquí. Cada día podrás descubrir una nueva parte del dominio esquiable, mejorar en diferentes pistas y admirar un paisaje siempre distinto.
También es posible practicar esquí de fondo en Val-d’Isère. La estación dispone de 20 kilómetros de pistas. Parte de estos recorridos se encuentran en la parte baja de la estación y otra en altitud, alrededor del Lago de l’Ouillette. La estación propone 6 recorridos para descubrir, distribuidos en 4 sectores: La Daille, Le Manchet, Le Laisinant y La Solaise, que permiten el acceso al Lago de l’Ouillette.

Para acceder a estas pistas, podrás utilizar los shuttles gratuitos (traslados) que la estación ofrece a los esquiadores. Como el sector de l’Ouillette se encuentra en altitud, será necesario usar los teleféricos. Una vez allí arriba, podrás disfrutar de una vista impresionante sobre los picos, de nieve de excelente calidad y de un panorama magnífico sobre el Parque Nacional de la Vanoise.

Conexión con Tignes
El dominio esquiable de Val-d’Isère está conectado con el de la estación vecina, Tignes. Gracias a los teleféricos, podrás acceder fácilmente a sus 10 kilómetros de pistas de esquí de fondo. Así, también podrás descubrir el glaciar de la Grande Motte e incluso el Lago de Tignes.

Uno de los grandes atractivos del esquí nórdico es que esta disciplina ofrece la posibilidad de desplazarse de otra manera y descubrir lugares inaccesibles en coche. Practicar esquí de fondo en Val-d’Isère y sus alrededores permitirá admirar el excepcional Parque Nacional de la Vanoise, que existe desde hace casi 60 años y se extiende por 146.500 hectáreas.

Lo que se llama la joya de los Alpes es una reserva natural habitada por 1.200 especies, de las cuales 107 están protegidas, que quizá puedas encontrar durante tu salida nórdica. Para ello, solo basta con partir desde una de las estaciones de esquí situadas en el borde del parque, como Val-d’Isère, Aussois o Bessans.

En Tignes, estación vecina y accesible mediante teleféricos, podrás descubrir el increíble glaciar de la Grande Motte. Este está abierto casi todo el año y es también el punto más alto de la estación de Tignes, situado a 3.656 metros de altitud. Ofrece 20 km de pistas de esquí, y podrás incluso practicar esquí de fondo, disfrutando de un panorama sobre los Alpes.

Por último, debes saber que la frontera italiana no está lejos de la estación de Val-d’Isère. Además, el Valle de Aosta es muy reconocido por sus cientos de kilómetros de pistas de esquí nórdico, y sería una pena no aprovecharlo. Durante un día, podrás hacer una excursión a la estación de Brusson, que acoge competiciones cada año. Sus pistas de esquí de fondo son tan hermosas como bien cuidadas.

En Cogne, te esperan 80 km de pistas en un entorno natural preservado. Para mayor comodidad, estas estaciones ofrecen puntos de servicio donde podrás preparar tus esquís, comer, cambiarte e incluso ducharte. Se organizan muchas excursiones, ¡infórmate!

Val-d’Isère es una estación que atrae a familias y a todas las generaciones. Las actividades son numerosas y el entorno natural es magnífico. Los amantes del esquí de fondo apreciarán la variedad de pistas y la posibilidad de pasar el día descubriendo la montaña de otra manera.