Tignes en verano

Una estancia en Tignes durante el verano no es solo un encuentro con la montaña. El lago y sus numerosas infraestructuras son una parada obligatoria para todos los veraneantes.

A la salida del pueblo de Val Claret, las aguas esmeralda de la base náutica te reciben para disfrutar de momentos de baño y de numerosas actividades. Un paseo en catamarán como en la costa, una sesión de paddle para combinar deporte y ocio, o un paseo en hidropedal: el lago de Tignes y sus 25 hectáreas dan espacio a todos tus deseos.

Si no te sientes cómodo en el agua, dirígete a la Place des Sports, un complejo que reúne pistas de tenis y campos de arena multideporte, o a la base de Val Claret para una sesión de tiro con arco bajo los auspicios de las nieves eternas de la Grande Motte.

Una estancia en Tignes durante el verano es, naturalmente, la oportunidad de recorrer los senderos de montaña y descubrir la fauna y flora alpinas. Varios telesillas te llevan a las alturas de la estación para contemplar paisajes impresionantes.

Para aprovechar al máximo esta majestuosa naturaleza, dirígete al Lago de Chevril. Desde Tignes Val Claret, continúa hacia la aldea del Lago antes de seguir el sendero por la margen derecha del arroyo, que te llevará al Lago de Chevril por un camino en plena forestación, donde encontrarás una gran variedad de flores y una magnífica cascada.

La caminata no es la única actividad en Tignes durante el verano que permite explorar los relieves de la estación. Con la bicicleta, podrás conquistar las carreteras de montaña y algunos recorridos ya míticos, como la subida al Col de l’Iseran.

Aprovecha también los 150 km de senderos del bikepark que conecta Tignes con Val d’Isère. Los telesillas de los Tufs, Palafour y Tovière te llevan al inicio de pistas de diferentes niveles de dificultad, para excursiones con vistas espectaculares sobre las aldeas y el lago.

Una aldea en el corazón del Lago de Chevril
El Lago de Chevril es un lago artificial, creado con la construcción de la presa homónima en 1952. Allí se encontraba la antigua aldea de Tignes antes de ser sumergida por las aguas del Isère. Cuatro años más tarde, algunos habitantes de Tignes decidieron instalarse río arriba, en las orillas del lago de Tignes. Así nació la estación actual.

¡Sí, estamos en pleno verano y, sí, estamos hablando de esquí en la nieve! Tignes en verano también es uno de los pocos destinos donde podrás disfrutar de algunas bajadas por las pistas. Dirígete a los telesillas de Val Claret para alcanzar, a primera hora de la mañana, el glaciar de la Grande Motte. 20 kilómetros de pistas estarán a tu disposición antes de una pausa en la terraza del restaurante Le Panoramic, para disfrutar de la vista espectacular sobre las cumbres. Si la idea de esquiar en verano te atrae, una escapada a la estación vecina de Val-d’Isère es imprescindible. El glaciar de Pissaillas es, de hecho, otro punto culminante del esquí de verano, perfecto para diversificar los placeres de la nieve.

Otras actividades en Tignes durante el verano destacan por las emociones fuertes. Si no te asusta la altura, aprovecha tu estancia para hacer un bautismo aéreo, contemplando las cumbres y experimentando una sensación única de libertad. Las aguas bravas del Isère serán el lugar ideal para practicar rafting y kayak. Por tierra, atrévete con la vía ferrata de la Daille, una actividad de verano en Tignes que combina senderismo y escalada, perfecta para iniciarte en la escalada con total seguridad.

Aunque el senderismo sea la actividad principal en Tignes durante el verano, baños, deportes llenos de emoción e incluso esquí completan el programa. Tignes en verano ofrece innumerables posibilidades para organizar unas vacaciones a tu medida, con la tranquilidad y la naturaleza deslumbrante siempre como hilo conductor.