
Razones por las que hacer un viaje de esquí en Semana Santa es siempre una buena idea.
Esquiar bajo el sol
El esquí no suele ir asociado con un clima cálido y cielos azules. Sin embargo, al elegir Semana Santa para hacer un viaje de esquí, ¡podría evitarse el clima helado y tener una experiencia de esquí sorprendentemente cálida!
Esto es especialmente útil si todavía es un principiante. Cuando se está aprendiendo a esquiar, es necesario estar mucho tiempo de pie escuchando instrucciones, cambiando de posiciones lentamente, etc. Esto puede ser bastante duro en el invierno, pero durante Semana Santa es mucho más soportable.
El calor añadido también le da más tiempo para apreciar los alrededores. Los hermosos paisajes montañosos y nevados proporcionan un hermoso telón de fondo para las comidas alfresco y las animadas actividades al aire libre del après-ski.
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Los precios son más asequibles**
No solo las vacaciones de esquí en Semana Santa serán más cálidas que las de invierno, sino que serán casi con toda seguridad más asequibles, especialmente si se va en la segunda semana de las vacaciones de Semana Santa, ya que hay menos presión a la hora de elegir vuelos y alojamiento.
Unas vacaciones de esquí lejos de las ajetreadas épocas de Navidad, Año Nuevo y vacaciones de febrero pueden ahorrarle mucho dinero... y no solo en los vuelos y el alojamiento. También puede encontrar grandes ofertas en pases de telesillas y alquiler de equipos. Puede guardarse el dinero ahorrado para las ofertas de final de temporada de las tiendas de esquí... o para un poco más de après-ski.
Días más largos
Hay una sensación conocida que aparece cuando uno está esquiando en invierno y nota que está empezando a oscurecer. Uno comienza a notar que su día en las pistas está llegando a su fin y parece demasiado pronto. La ventaja de ir a esquiar en Semana Santa es que hay más luz, lo que significa que los telesillas también permanecen abiertos más tiempo. ¡Días más largos equivalen a más tiempo para esquiar!